Por Leonel Fernández
| La Fuerza del Pueblo
Al igual que Roberto Carlos,
el virtuoso brasileño de la voz, la Fuerza del Pueblo ya cuenta también con un
millón de amigos. De esa manera, marca su presencia en el escenario político
nacional, en favor de la democracia y la prosperidad.
Lo ha logrado en base al
esfuerzo constante de miles de hombres y mujeres que se propusieron como
objetivo, desde el principio, crear una nueva organización en la República
Dominicana que devolviese sentido de dignidad a la política, accediera al poder
para servirle al pueblo y sirviera de faro de esperanza para las futuras
generaciones.
En un primer momento tuvo
serias dificultades. Se provenía de una ruptura con un partido que se
encontraba en el poder, lo que hacía más complejo el proceso de crecimiento
inicial.
Procedimos a crear la nueva
organización dentro de la plataforma del Partido de los Trabajadores
Dominicanos (PTD), que de manera solidaria y generosa nos abrió sus puertas
para luchar juntos por un mejor porvenir para el pueblo dominicano.
Pero entonces empezaron los
infortunios. Nuestros adversarios impugnaban todos nuestros pasos. Primero, la
asamblea general del PTD que ordenaba su disolución. Segundo, el nuevo nombre
del partido, Fuerza del Pueblo. Tercero, sus colores y símbolos; y cuarto, el
rechazo al registro de todas nuestras candidaturas para los comicios del 2020.
En síntesis, se procuraba
nuestra muerte política al momento de nacer. Pero no se logró. Por el
contrario, vencimos en cada una de las instancias legales a que fuimos sometidos,
con sentencias judiciales que confirmaban la certeza de nuestros alegatos.
De esa manera, sin una
estructura organizada y sin recursos, la Fuerza del Pueblo participa, por vez
primera, en unas elecciones, en las que a pesar de considerarse que no podía
ganar, recibió, sin embargo, el apoyo, la simpatía y el reconocimiento de
numerosos sectores de la vida nacional.